Knowmads
La revolución tecnológica, en su imparable marcha exponencial, está obligando a empresas y profesionales a dar un salto evolutivo nunca antes visto. La diferencia entre quienes están preparados, y deciden fluir con el cambio, y quienes aún se resisten, y acaban siendo empujados hacia una nueva forma de entender el trabajo, marca la diferencia entre el éxito y la mera supervivencia... o extinción. Porque hoy en día quien no cambia no sólo se estanca, sino que desaparece. En este siglo XXI la flexibilidad es el camino, ya que quien mejor se adapta sobrevive. Algo que saben muy bien los knowmads o nómadas del conocimiento (know de conocimiento y mad de nómada), el perfil profesional que mejor encaja en este entorno volátil.
¿Qué define al knowmad? Lo primero es que son personas que adoptan e interiorizan un tipo de mentalidad (líquida) que les permite ser más flexibles para adaptarse a las necesidades de estos nuevos tiempos. Pero si bien tener una mente
abierta es el primer paso para ser un profesional del futuro, no es suficiente con abrazar el cambio. Porque la diferencia entre esta cuarta revolución industrial y las anteriores radica en que navegamos en el caos de lo desconocido que nos traerán las nuevas tecnologías, así como en la velocidad de las mismas. Por ello, los profesionales debemos potenciar nuestra creatividad no sólo para diferenciarnos, sino también para generar innovación. El knowmad es, por tanto, un gran gestor de la incertidumbre que usa su conocimiento, versatilidad y flexibilidad para buscar soluciones experimentales a problemas que a día de hoy no sabe cuáles serán.
Ser agente de cambio
Pongámosle otro anglicismo: tiene que desarrollar una actitud changemaker (agente del cambio). Justo lo que necesita el tejido empresarial y todas las empresas que la conforman. Como vemos hasta ahora, parte de la manera de pensar y actuar del knowmad encaja con la descripción clásica del emprendedor o del freelance, pero hay que sumar otras variables nuevas.
Los nómadas del conocimiento son ágiles en la respuesta, creativos e innovadores, sí... Pero también son profesionales sociales y sociables. Es decir, trabajan y piensan en red, colaborando con cualquier persona y desde cualquier lugar (no sólo con el pagador o empleador), ya que saben cómo usar las nuevas tecnologías a su favor. Están 100% digitalizados. Tienen una marca personal digital y sólida y usan las redes sociales para generar y difundir su conocimiento. El knowmad, por definición, es un profesional generoso, que genera y comparte contenido, que cocrea, porque entiende que el escenario laboral actual es un ecosistema en el que la cooperación es más eficaz que la competencia.
Panorama laboral 50-50
Como perfil, no están atados a una única empresa, sino que colaboran con ellas de manera independiente, por proyecto y objetivos. Como mentalidad, es asequible a cualquier tipo de trabajador, también asalariados, pues ayuda a mejorar la adaptabilidad a entornos cambiantes y a tener una actitud de emprendedor interno.
En el primer caso, estamos viendo cómo el crecimiento de profesionales independientes es imparable. Para 2020 se estima que el 45% de la fuerza laboral mundial será knowmad. En su mayor parte, por decisión propia del profesional, a lo que ayuda el que las compañías cada vez externalizan más proyectos para ganar agilidad. Como asegura Andrew Popler, vicepresidente PRO Unlimited, “en 10 años, el panorama profesional será 50-50” (50 contratado - 50 talento contingente). De hecho, tan sólo en 2015 las empresas delFortune 500aumentaron la contratación de talentoknowmaden un 12,5% y, según el estudio Global Human Capital Trends 2016, el 51% de los ejecutivos en todo el mundo espera colaborar con más trabajadoresfreelanceso autónomos en los próximos tres a cinco años.
Movilidad dentro y fuera de la compañía
Si hablamos de puesto de trabajo tradicional, la fuerza de trabajo cada vez es también más móvil. Según el estudio Movilidad en España: creación de valor con una estrategia integrada, de IDC, la proporción de empleados móviles en España hoy es del 48%, tendencia que irá a más, pues las empresas tienen previsto aumentar esta proporción hasta el 72% en 2020. De ahí que debamos entender la transformación digital como un cambio en la organización del trabajo: gracias al uso de las nuevas tecnologías las empresas se humanizan al implementar nuevas políticas de flexibilidad, teletrabajo y también rediseño de oficinas (adaptadas al trabajo colaborativo, creativo, amigable,redárquicasy flexible).
Todo ello empuja a la mejora de la conciliación y felicidad en los profesionales, lo cual impacta de manera directa en la mejora de la productividad. No podemos ya obviar que el 3,6% de los ocupados en España quiere reducir su jornada para mejorar su conciliación (la tasa más elevada en los últimos seis años según un reciente estudio de Randstad); ni que según un estudio de Vanson Bourne para Microsoft, el 76% de empleados españoles que tienen una mayor flexibilidad laboral consideran que son más productivos cuando trabajan desde casa. Y otro detalle vital: el 84% de los millennials buscan cierto grado de flexibilidad laboral, aumentando su lealtad a aquellas compañías que lo fomentan.
Como vemos, trabajar por proyectos funciona tanto en externos como internos, pues se impone dejar de medir outputs (cómo se lleva a cabo un trabajo) y medir los inputs (resultados). Importa la productividad final y no los modos o el proceso, pues pierde sentidovigilaral trabajador cuando en gran medida operará en virtual. De ahí que otra de los grandes conceptos que trae la transformación digital sea la confianza. Todo un reto para las empresas, que necesitarán tener líderes knowmads y openmind. Las empresas tendrán que ser también knowmads en esencia.
Beta permanente
Para cerrar el círculo de definición del nómada del conocimiento, y para eliminar cualquier tipo de duda o excusa, aclarar que no tiene edad. Porque esto no va sólo de y para jóvenes; si tenemos en cuenta las tendencias demográficas, probablemente a los europeos nos va a tocar trabajar bastante más años de los que trabajamos hasta ahora. Si ya somos una zona envejecida, para 2050 la media de edad europea sobrepasará los 50 años y de cada tres personas en teórica edad de jubilación tan sólo habría una (joven) para sostenerla; las cuentas no salen. Además, en un entorno que cambia exponencialmente todo, constantemente, necesitamos mejorar nuestra empleabilidad para no quedarnos obsoletos. Pensemos sólo por un momento en los avances de la robótica y la inteligencia artificial...
Es el momento de activar el estado de beta permanente y mantener un aprendizaje continuo. De coger las riendas de nuestro futuro profesional. De ser autogestores. De (y aquí sí podemos aprender de los knowmads más jóvenes) conectar nuestro propósito interior con el trabajo que realizamos, para ser felices disfrutando del camino, ahora. Ese es el verdadero secreto de la adaptación al entorno líquido.